miércoles, 24 de noviembre de 2010

La primera hoja del Otoño...

Decía Aristóteles que en el medio está la virtud.
Los hermanos medianos sienten muchas veces durante los primeros veinte años de su vida (por contextualizar) que esa posición es un infierno. Sobre todo los que ocupan el segundo lugar en una escalera de tres, por no poder compartir esa medianía con nadie.
Estar en el medio es SER pocas cosas…
No eres el mayor. No eres el primero en hacer nada. No eres el modelo a seguir.
No eres el pequeño. No eres la novedad. No eres al que hay que cuidar y proteger sobre todas las cosas.
Eres el príncipe destronado sin lugar.

Lo que nadie sabe es que los medianos tenemos un SECRETO. Un secreto difícil de compartir con nuestros hermanos. Un secreto que sólo podemos descubrir por nosotros mismos a lo largo de nuestras vidas. Un secreto que pasará de “mediano a mediano” con las virtudes y las alegrías de lo que significa estar ahí. Un secreto que se nos muestra cuando entendemos que las cosas con respecto a nuestros hermanos no son tan simples como las hemos visto hasta ahora.

Hasta que esto suceda nos enfrentamos a situaciones que nos provocan sentimientos a los que muchas veces no podemos poner nombre. Cuando esto ocurre es difícil saber cómo gestionarlos. Si no sabes quién es tu enemigo, raramente podrás vencerlo.

Este blog se ocupará de presentar algunos de estos sentimientos de forma que todo el mundo pueda reconocerlos para que nunca más ocupen el lugar de “enemigos”, sino de viejos conocidos con los que poder sentarse a tomar un café, escucharles y saber cómo tratarles. Por supuesto, ni qué decir tiene, no son exclusivos de los medianos, sino de cualquier hijo de vecino que tenga cabeza, corazón y esté dispuesto a mirárselos sin coraza; es decir: solo apto para valientes.

Valientes de todas las edades.